“Referencias afectuosas”, besos y abrazos: qué dice el archivo de la denuncia contra Olmos

La fiscal de Delitos Sexuales Mariana Alfaro archivó este lunes la denuncia por acoso sexual formulada por la exdiputada Martina Casás contra el titular de su banca en la legislatura pasada y excompañero del sector Marea Frenteamplista Gustavo Tato Olmos.

A pesar de esta decisión, la joven dirigente anunció este martes que pedirá que se revise la causa por entender que, junto a su abogado, presentaron un “contundente informe” que “confirma” que sí existió acoso.

En primer lugar, el equipo fiscal entendió que los hechos denunciados por Casás no podían ser considerados “en su totalidad” como actos de naturaleza sexual.

“Abrazos de larga duración y besos en el cachete, en la frente o en la nariz no son actos de naturaleza sexual, al menos no en el contexto de saludos cotidianos relatados por la denunciante”, narra el dictamen, al que accedió Montevideo Portal.

En su denuncia, la dirigente narró que el 30 de octubre de 2023 Olmos le “agarró la cara con las dos manos” y le dio “tres besos en la boca” en su despacho. El exdiputado dijo en su declaración que fueron dos “picos” ese día y que ella le había dado uno antes.

Casás denunció también haber sufrido “manoseos” en la cola sin su consentimiento por parte de Olmos. Según la magistrada, “no queda claro” si se trataba de una “acción deliberada” o de “actos que se intentaban disimular”, pero que no eran un o casual producto del acercamiento físico.

Sin embargo, se llegó a la conclusión, a raíz de la propia declaración de ella, que Olmos no utilizó fuerza, violencia física o amenazas a la hora de estos actos. Además, se entendió que “no se encontraría dada” una asimetría de poder como factor de “influencia, control, dependencia y desigualdad” entre ambos.

“Si bien la víctima señala que no existía su consentimiento y presenta indicadores de afectación psicológica que, de acuerdo a la pericia, tendrían un nexo causal con los hechos denunciados, hay elementos que indican que es probable que la conducta del indagado no haya sido desplegada con prescindencia de la voluntad de la víctima, sino que interpretando que la víctima consentía esas acciones”, señala la resolución.

Además, la fiscal detalla dos frases, un comentario y una actitud de parte de Casás mientras trabajaba con Olmos en el Parlamento que podrían haber llevado al legislador a entender que “se avalaba su comportamiento”.

“Las formas en las que se demostraban afecto demuestran que no se trató de hechos abruptos o un cambio de conducta, sino que, a medida que aumentaba el cariño y la confianza entre ambos, existió una evolución en las formas de relacionarse; fue algo progresivo”, argumentó Alfaro.

Si bien no se dio por cierto el relato de Olmos de que Casás lo había besado antes, “hay referencias muy afectuosas entre ambos que eran mutuas”. 

Se menciona que en octubre de 2020, dos años antes de los primeros hechos denunciados, hubo “comentarios, como que el pantalón de Olmos generaba pasión”, que podían “dar lugar a interpretaciones relacionadas con lo cómico, que se burla de él o que se realiza con una segunda intención, demostrando un interés diferente”.

“Lo mismo puede decirse de expresiones como ‘un beso que dure hasta el lunes’ o como ‘extrañar apenitas’, que pueden ser interpretadas como complicidades propias de una relación romántica incipiente”, agrega la fiscal en el dictamen.

“Todos estos elementos son considerados por la propia víctima al declarar y también en la pericia, al plantearse si, con sus acciones y expresiones, no le habrían dado la impresión a Olmos de que avalaba su comportamiento”, concluye.